Se trabaja para resolver los conflictos que impiden la estabilidad y plenitud de familia, se busca la colaboración de todos los miembros dispuestos a participar, en el caso de la atención a menores de edad, la consultoría a padres es la opción más efectiva y puede ser complementada con sesiones de ludoterapia que es un modelo de trabajo clínico eficaz en un ambiente relajado y divertido.
Otros ejemplos comunes donde la asesoría es solicitada comúnmente es para dirimir desacuerdos en la educación de los hijos, resolver dificultades en la etapa de la adolescencia, cuando la familia a sufrido un hecho que los haya “movido” como la muerte de un integrante, un accidente, una separación o divorcio, la llegada de una enfermedad, etc.